miércoles, 30 de enero de 2013

Resultado de la operación

Me alegra poder decir que ya han sido operadas las gatas y que todo ha salido bien. Finalmente sólo pude operar cinco porque la sexta se nos revolvió y salió corriendo, y como imaginaréis ya fue imposible volver a cogerla. Las otras se portaron bastante bien y el veterinario las operó de dos en dos, salvo la última, que debido a la escapista, quedó desparejada. 


La herida son solo tres o cuatro puntitos y no es necesario ponerles collarín ni darles medicación pues el antibiótico que le ponen es de larga duración. Tres de las cinco estaban ya preñadas, pero eso no es ningún problema a la hora de llevar a cabo la operación. Según me dijo el veterinario, es posible que dentro de un par de días se les inflame un poco interiormente la zona de la herida, pero al parecer es normal. 

Fue curioso verlas despertar, no podía moverse y al levantarse no tenía fuerza para mantenerse en pie y se caían de nuevo. Las que fueron operadas primero se despertaron más paulatinamente. Las últimas sin embargo, despertaron súbitamente y ya casi podían moverse bien. Una de ellas nada más despertar vomitó. Las tuve frente a la chimenea en un sofá mientras estaban dormidas y después las pasé al suelo con muchas mantas y toallas frente a una estufa, porque al despertar se podían tirar del sofá y hacerse daño.




Según me dice el veterinario se pueden dejar en la calle directamente, y de hecho es lo que se suele hacer con colonias de gatos callejeros, sin embargo a mi me dieron mucha pena y las tendré en casa hasta que estén recuperadas. Es sorprendente la dureza de los gatos, hoy ya están moviéndose con total soltura, alguna está más quieta que de costumbre pero ni siquiera parecen tener dolor.

El resto de gatas que aparecen por casa son menos sociables, la mayoría nunca se deja coger y nunca han entrado en casa, por lo que va a ser complicado operarlas. Además no vienen todos los días, aparecen cuando les apetece, por lo que es todavía más complicado. Sin embargo, el veterinario me ha dicho que se las puede cazar con la jaula trampa y poner la inyección sin sacarlas, menos mal, porque cuando un gato tiene miedo siendo sociable se vuelve un tigre, imagina uno que no lo es. 

El problema que conlleva la castración es que se quedan sin celo, y el celo es el sistema mediante el cual los gatos regulan los territorios, y la consecuencia es que vienen más a vivir al mismo territorio. Por ello, el veterinario me recomendó que no castrara a los machos, para que al menos ellos si mantuvieran su territorio. 

Sin embargo, la única solución al problema es no alimentarlos en el exterior, ya que al alimentar a un gato en el exterior vienen más a comer de su pienso. En fin, que mientras haya gatos abandonados por las calles me resulta imposible resolver este problema por mi sola.

De momento y hasta que no consiga nuevos adoptantes para las ya operadas, o contribuciones para la campaña, no podré esterilizar a ninguna más. 

2 comentarios:

  1. Que bellas . Descansando después de la operación....

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  2. Muy bien . Están muy lindas todas . Ojalá encuentren quien adopte pronto. Son todas hermosas

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